Camping los Carasoles

Buen lugar económico donde desconectar y pasar buen tiempo tanto en familia como en pareja Es un lugar muy tranquilo, la gente allí te tratará como uno más ya que es un negocio familiar. El coche tiene fácil accesibilidad y lo puedes aparcar justo en la puerta. El restaurante es muy bueno... la comida exquisita aun que un poco caro... pero como todo ahora mismo.

Alquilamos una cabaña para el finde y la experiencia ha sido increíble. Entorno precioso y de fácil accesibilidad. Cabañas limpias y muy bonitas con todo lo necesario en cocina y un gran porche privado.Tambien disponen de brasas y te dan leña por si quieres hacerlas, y en verano hay piscina. Además, puedes disfrutar de una buena comida en su restaurante con vistas maravillosas. El ambiente es muy bueno con el resto de campistas. Si quieres relajarte y recargar energías, sin duda es tu sitio.

Los gazpachos escasos, fríos, y todo junto (pollo desilachado y un par de pelotas) Los entrantes más de lo mismo, fríos y escasos, y además congelados. Los postres tampoco eran gran cosa. Nada que ver con como era este restaurante hace unos años..

Estuve en la parcela de unos amigos, así que no puedo valorar más que el servicio, que dispone de baños, duchas, paellero, etc. En verano muy bien la piscina. Lo de que haya quien pone la música al volumen que quiere debería gestionarse de otro modo. La ubicación excelente, un entorno muy atractivo.

Llevo viniendo aquí desde hace más de 10 años , y siempre me a encantado , me consiguieron una cabaña a ultima hora está vez nos decoraron la cabaña por San Valentín super detallistas y el hombre de mantenimiento un encanto servicial en todo momento te hacen sentir como en casa o hasta mejor una maravilla recomiendo 100%

Mi primera vez en un camping fue en Los Carasoles. Un camping muy grande, con bungalows de todo tipo, buena piscina y situado en un buen entorno: lo malo es que algunas cabañas están vetustas y no hay actividades más que para los niños, aunque el camping lo compensa siendo bastante más económico que otros. Hay una pequeña tienda en la que hay un poco de todo y un restaurante tan bueno que hay gente que se traslada hasta allí sólo para comer. No hay cobertura, pero si varios puntos wifi para compensarlo.

Hemos ido a comer a su restaurante y probar sus gazpachos. Sabrosos y ligeros, no tan contundentes como otros de la zona. Especiados y aromáticos. Me hubiese gustado encontrar trozos de carne y no desmigada y q hubiesen estado calientes..

Una vez te acostumbras es un placer la falta de cobertura, si lo necesitas tienes WiFi en la zona de recepción. Todo es acostumbrarse. El resto es ideal. Desconexión total en plena naturaleza. Muy recomendable