Camping Zuriza

Hemos estado una semana en este camping y deja mucho que desear. Lo único bueno es el lugar donde se encuentra y es una lástima que esté en estas condiciones. Para empezar la zona de acampada no hay parcelas llanas ni delimitadas. Muchos árboles están sin podar. Y en dias con viento caen ramas. También encontramos que no hay ningún mantenimiento, las instalaciones de luz son escasas y viejas. Hay abandonados varios bungalows y caravanas. En la zona no hay cobertura y se supone que pagando 1€ tienes 24h de Wifi y este no funciona. Muy mal servicio. En duchas y baños no hay limpieza. Las instalaciones son viejas. Cada día cerraban más baños por falta de mantenimiento. La fosa séptica olía cada día. Y el precio es muy alto por el servicio que dan. En los días que estuvimos no vimos a nadie de limpieza ni de mantenimiento. La verdad es que no volveremos, si no cambian la manera de llevarlo.

Nos alojamos en este camping ya que coincidía con el final de una de las etapas de nuestro recorrido por el GR-11. Nos alojamos en el gran edificio de piedra con que cuenta el camping, ocupando dos habitaciones dobles con lavabo, a un precio de 60 € cada una. El edificio tiene bastantes cuartos de baño en el pasillo, por lo que no tuvimos ningún problema en ese sentido; cuenta también con restaurante, en el que cenamos una noche, razonablemente bien, y una muy agradable terraza ideal para tomarse una cerveza. Le haría falta algo de mantenimiento, algunos detalles bastante dejados, por ejemplo, la puerta de nuestra habitación no encajaba bien y nos costaba un mundo cerrarla. Mención especial a la recepcionista, amabilísima, que tuvo el detalle de dejarnos su teléfono fijo para reservar en un restaurante de la zona, ya que no hay cobertura telefónica. El entorno, precioso.

Está en un lugar increíble y eso es lo que te esperas del camping, que esté a la altura del lugar. Tiene muchas sombras y todos lo necesario para que la estancia sea agradable pero el camping está destartalado, las instalaciones viejas, con poco mantenimiento, limpios los baños pero lavabos con poca presión de agua, duchas atascadas... No hay parcelas asignadas, pese a poder organizarlo así, funciona en plan acampada libre lo que hace que sea difícil encontrar sitio porque todo el mundo ocupa un poco lo que le apetece. El terreno está inclinado. Lo peor es la zona en la que han permitido en su día que se construyan cabañas como avances de viejas caravanas. Hay varias que las han abandonado y así y ahí se han quedado. Dudo que volvamos, una noche, dos adultos en furgoneta con luz han sido 30€, un precio muy elevado para el servicio que dan.

Está muy bien todo, lo único es que tienen que cuidar que el bar no este abierto hasta tan tarde, y otra cosa que estaría bien, sería que quitaran la luz a la noche. Esta mal organizado, por lo que hay menos espacio para acampar. Las duchas, los baños y los lavaderos, están muy bien, cosa que me sorprendió, y más en estos tiempos de tanto cambio. Por lo demás muy bien, el río está muy bien para bañarse y hay rutas muy chulas, tanto para caminar, como para ir con la bici.

Si quieren tenerlo hecho un desastre y lleno de basura, vale. Si la limpieza de baños y duchas se limita a fregar el suelo, vale. Si no tienes una parcela nivelada, bueno. Si las instalaciones estan reventadas, bueno. Si hay carabanas abandonadas hechas pedazos que dam un aspecto chungo, bueno. Si los columpios de los niños son un peligro, valla. Todo me parece "bien" , pero lo dices antes y no cobres como que tendrias un camping normal si no un recinto con chavolas y un prao sucio en mitad de un paraiso!!! Se salvan por el sitio si no no creo que no iria nadie.

Hemos ido a finales de agosto, después de una caminata a tomar una cerveza y ¡vaya sorpresa! Estaba cerrado, en un estado de abandono increíble y las puertas forzadas. Eso sí, había unos ocupas, que nos estuvieron siguiendo los pasos.

Como en toda la zona, se respira tranquilidad. Eso acompañado con un pincho de chistorra. Hace del sitio, por lo menos una parada muy recomendable. Tanto el paisaje, como las rutas que se pueden realizar andando desde allí, son impresionantes. Si preguntas en recepción te informarán.

Cuando pasé hace 15 días de ruta motera, me prometí volver y hacer noche en un paisaje tan idílico como en el que se situa este camping. Para llegar a él hay que adentrarse por una carretera sinuosa que arranca de Ansó y llena de bellos rincones. Al final de esta delicia para los moteros se encuentra este camping. Bien de precio y esperando probar cocina.